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Escrito por Laura Bonin, Estudiante de Terapia Física de GSU
Meses de planificación, la infinita cantidad de correos recaudando fondos, y los sentimientos de anticipación y emoción procedió a un viaje de una semana por catorce estudiantes de terapia física, una profesora y dos terapeutas físicas de la comunidad de Atlanta. Pero que mejor manera empezar el Año Nuevo que dejando nuestros privilegios tan valorados, incluyendo a los lujos de los EE.UU., y viajar a Nicaragua. Allá estuvimos capaces de compartir nuestra sabiduría y habilidades de terapia física mientras sumergiéndonos en los intangibles que los nicaragüenses valoran tanto: la comunidad, la autenticidad y la alegría.
Durante la semana vimos al valor de la comunidad en encontrar la felicidad fuera de nuestras zonas de confort. Los nicaragüenses nos hicieron sentir parte de su comunidad desde el primer día, aunque estuvimos utilizando comunicación no verbal y adaptándonos a la flexibilidad de nuestro horario. Entramos en las casas para brindar atención a la gente más enferma y vulnerable de Los Robles y nos encontramos haciendo conexiones instantáneos hechos con confianza y empatía. A través de enfocar la atención siempre en el paciente, construimos relaciones llenas de sonrisas y risas, algo que se hace difícil hacer en los Estado Unidos.
Comunidad verdadera se construya con la fundación de autenticidad y a través de dejar la fachada de quien queremos que los demás piensan que somos, y enfocar en quienes de verdad somos. La comunidad de Los Robles es el epítome de una comunidad autentica. Cuando no estamos trabajando como fisicaterapistas participamos en proyectos de mejoramiento en hogares, viendo con nuestros propios ojos el orgullo que tenía cada mujer y hombre en ayudar a sus vecinos y dar bienvenidos a nuestro grupo. Las brigadistas también representan autenticidad, ayudando compartir conocimiento medico básico a los que lo necesitan, sin importar edad ni si la información este complicada.
El último tema que mostró en cada actividad y reunion en Los Robles fue alegría. Por la oportunidad de pasar tiempo con familia. Por las conexiones con nuevos amigo. Por la habilidad de trabajar en proyectos mientras compartir información de salud preventiva que va a seguir beneficiando la comunidad. Damos muchas gracias por la vida y la cultura que nos llenó toda la semana en Nicaragua, la autenticidad pura, y la alegría contagiosas hasta nuestro último paciente. Esperamos que dejemos un impacto en la comunidad en Nicaragua, como ellos dejaron a nosotros.
